2 Ya de antes, cuando Saúl era nuestro rey, eras tú el que dirigías las
entradas y salidas de Israel. Yahveh te ha dicho: Tú apacentarás a mi pueblo
Israel, tú serás el caudillo de Israel.»
3 Vinieron, pues, todos los ancianos de Israel donde el rey, a Hebrón.
El rey David hizo un pacto con ellos en Hebrón, en presencia de Yahveh, y
ungieron a David como rey de Israel.
4 Treinta años tenía cuando comenzó a reinar y reinó cuarenta años.
5 Reinó en Hebrón sobre Judá siete años y seis meses. Reinó en
Jerusalén sobre todo Israel y sobre Judá 33 años.
6 Marchó el rey con sus hombres sobre Jerusalén contra los jebuseos
que habitaban aquella tierra. Dijeron éstos a David: «No entrarás
aquí;
porque hasta los ciegos y cojos bastan para rechazarte.» (Querían decir: no
entrará David aquí.)
7 Pero David conquistó la fortaleza de Sión que es la Ciudad de
David.
8 Y dijo David aquel día: «Todo el que quiera atacar a los jebuseos
que suba por el canal..., en cuanto a los ciegos y a los cojos,
David los
aborrece.» Por eso se dice: «Ni cojo ni ciego entrarán en la Casa.»
9 David se instaló en la fortaleza y la llamó Ciudad de David. Edificó
una muralla en derredor, desde el Milló hacia el interior.
10 David iba medrando y Yahveh el Dios Sebaot estaba con él.
11 Jiram, rey de Tiro, envió a David mensajeros con maderas de
cedro, carpinteros y canteros que construyeron la casa de David.
12 Y David conoció que Yahveh le había confirmado como rey de
Israel y que había exaltado su reino a causa de su pueblo Israel.
13 Tomó David más concubinas y mujeres de Jerusalén, después de
venir de Hebrón, y le nacieron a David hijos e hijas.
14 Estos son los nombres de los que le nacieron en Jerusalén:
Sammúa, Sobab, Natán, Salomón,
17 Cuando los filisteos oyeron que David había sido ungido rey de
Israel, subieron todos en busca de David. Lo supo David y bajó al refugio.
18 Llegaron los filisteos y se desplegaron por el Valle de Refaím.
19 Entonces David consultó a Yahveh diciendo: «¿Debo subir contra
los filisteos? ¿Los entregarás en mis manos?» Respondió Yahveh a David:
«Sube, porque ciertamente entregaré a los filisteos en tus manos.»
20 Llegó David a Baal Perasim. Allí los derrotó David y dijo:
«Yahveh me ha abierto brecha entre mis enemigos como brecha de aguas.»
Por eso se llamó aquel lugar Baal Perasim.
21 Ellos abandonaron allí sus ídolos y David y sus hombres se los
llevaron.
22 Volvieron a subir los filisteos y se desplegaron por el Valle de
Refaím.
23 David consultó a Yahveh, que le dijo: «No subas contra ellos. Da
un rodeo detrás de ellos y atácalos frente a las balsameras.
24 Cuando oigas ruido de pasos en la cima de las balsameras, ataca
con decisión porque Yahveh sale delante de ti para derrotar al ejército de
los filisteos.»
25 Hizo David lo que Yahveh le ordenaba y batió a los filisteos desde
Gabaón hasta la entrada de Guézer.